domingo, 6 de marzo de 2022

LUZÓN (Guadalajara)

 LUZÓN

 Luzón es un municipio español perteneciente a la provincia de Guadalajara,1​ en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. En 2015 contaba con una población de 72 habitantes empadronados.(Wikipedia)

 

Una Historia de Luzón

 FELIPE BLANCO, EL MÚSICO DE LUZÓN

Fue autor de alguna de las más célebres composiciones musicales que acompañan la Semana Santa


    Luzón, que fue patria de los lusones celtibéricos, lo fue también de don Francisco Layna Serrano, referente en cuanto a historia hace, en la Guadalajara del siglo XX, y lo fue de un hombre de aspecto delicado por su sencillez, y cuyo nombre, por ello quizá, ha pasado prácticamente desapercibido para la provincia, que pronto lo olvidó. A pesar de que es nombre que suena, y con fuerza, todos los años, cuando los últimos días de marzo, o los primeros de abril, se asoman al calendario.


 

   Es entonces cuando los crucificados sobre su monte de lirios, y las dolorosas con su manto de dolor, salen a las calles de esta Castilla que se convierte, por unos días, en reflejo del silencio; que traen la emoción y la ternura ante imágenes que, lo mismo que nos recuerdan la infancia, nos llevan a la memoria de aquellos imagineros que a la luz de las velas tallaron lo mejor de la escultura religiosa por los siglos XVII o XVIII.

   Escultura que nos habla de pasos de Semana Santa; que nos huele a cera y nos suena a trombones que rompen las noches y sus misterios.

   También se escuchan las dulzainas y el lamento del tambor desde estas tierras de la serena Guadalajara, ascendiendo cuesta arriba a las de Segovia, Salamanca o Palencia. Donde las procesiones se convierten en silencio y austera severidad. Muy distinta a los aplausos de salón, con todos los respetos dicho, que acompaña las escenas pasionales del Sur. A cada clima su gente. Alegres unos, austeros otros.

 

Los chicos del órgano de Luzón

   Hubo un tiempo en el que los sacristanes, además de ejercer este oficio, tocar las campanas, acompañar con sus cantos los oficios religiosos y pasar la bandeja, tenían igualmente la obligación en muchos de nuestros pueblos, de llevar la contabilidad y libros municipales, como secretarios del consistorio y, por si ello fuera poco, enseñar a los muchachos de sus respectivas poblaciones las nociones básicas de números y gramática, como maestros de primeras letras.

 


 LUZÓN, ENTRE EL DUCADO Y EL SEÑORÍO (Pulsando aquí)

 

   Quien ejerció en Luzón en los últimos años del siglo XIX e inicios del XX, además de mostrar su arte en números y letras a los chicos del pueblo mostró especial interés en que sus hijos tocasen unos cuantos instrumentos y se apasionasen por la música, y a fe que lo logró.

   Lo logró con el mayor, que se llamó Antonino, Antonino Blanco Aguirre, que no tardó en tomar el relevo al padre en aquello de tocar el órgano de la villa. Un hermoso órgano entonces; que se fabricó en 1783 siendo cura párroco don Pedro Burriel del Puente, por uno de los organeros más prestigiosos de aquel tiempo, don José Berdalonga quien, por su obra, cobró la nada despreciable cifra de 11.309 reales de aquel tiempo. Claro está que, según se decía, Luzón era en aquel entonces un pueblo de gentes con buen capital a cuenta de su gran cabaña ganadera. Y no les debió de ir mal a los luzoneros, pues sólo hay que ver el pueblo para darnos cuenta de que las cosas, en los años finales del siglo XIX e inicios del XX, estaban mejor que ahora, ante todo en población, que rondaba, por aquellos tiempos, los mil habitantes.

   Antonino fue el primer chiquillo del organero que se soltó en lo de aporrear las teclas. Desde Luzón marchó a Sigüenza, a soltarse un poco más y, cuando lo hizo, se encargó de que lo mismo que él se soltó, lo hiciese su hermano.

 

Felipe Blanco Aguirre

    En Luzón nació, el 10 de abril de 1910, Felipe Blanco Aguirre, hijo y hermano de músicos, como vamos viendo, aprendiendo de su hermano mayor, Antonino, las primeras nociones de solfeo. Claro estaba que tenía oído para la música, y con ocho o diez años, cuando tocaba el órgano en las festividades que la iglesia de Luzón celebraba, el pueblo entero quedaba admirado. De tal palo, tal astilla.


 LUZÓN, ENTRE EL DUCADO Y EL SEÑORÍO (Pulsando aquí)

   Siguió los pasos del hermano, marchando a Sigüenza en cuanto tuvo ocasión. Para cuando él lo hizo, en el inicio de la década de 1920, su hermano Antonino ya había levantado el vuelo, dejando la ciudad mitrada, que a tantos músicos atraía en el entorno de su catedral, por un destino, si no mejor en cuanto a situación, sí en cuanto a emolumentos. A Antonino lo contrató por aquellas fechas, para dirigir la Banda Municipal, el Ayuntamiento de Almazán; y al tiempo que dirigía aquella banda, abrió en la villa soriana su primera Academia de Música.

   Felipe continuó en Sigüenza, aprendiendo con los maestros de coro catedralicios, hasta que supo que quedaba vacante el cargo de organista de la Colegiata de Berlanga de Duero. Quince años tenía cuando dejó Sigüenza por Berlanga, y un año después, mucho más suelto, marchó a Zaragoza, porque en la ciudad del Ebro opositó a director de la Banda Militar. En Zaragoza continuó con sus estudios y prácticas en la academia del maestro Salvador Azara Serrano, ampliando junto a él los de piano y armonía. Azara Serrano era a la sazón maestro de capilla de la Seo. Se convirtió nuestro genio, por aquello de dirigir la Banda Militar de Zaragoza, a los dieciséis años de edad, en el Director de Orquesta más joven de España.

 

Vuelta a Sigüenza

   Eran tiempos, los de las décadas de 1930, 40 y 50, en los que las grandes ciudades, como Sigüenza, mantenían hermosas Bandas de Música Municipales. Y para dirigirla, en los primeros años de la década de 1940, el Ayuntamiento, o su Alcalde, don Antonio Ladrada, se fijó en él.

   Dirigió la Banda Municipal seguntina por espacio de algo más de diez años. Al tiempo que como su hermano Antonino hiciese en Almazán, fundó Felipe en Sigüenza su propia academia de enseñanza musical. Al frente de la cual estuvo, lo mismo que de la Banda Municipal, hasta 1953. Los años suficientes para convertirse en persona admirada, querida y respetada.

   Sus pasodobles animaron las noches festivas de la Alameda y sus marchas acompañaron las procesiones de San Roque, la Virgen de la Mayor y, por supuesto, las procesiones de la singular y admirable Semana Santa seguntina.

   Para cuando marchó de Sigüenza, su hermano Antonino se encontraba por tierras norteñas, después de cambiar la Banda Municipal de Almazán por la de Ponferrada, y ya fuese por influencias de su hermano, ya por las circunstancias, Felipe fue llamado por la sin par Zamora, para dirigir, primero, la Banda Municipal, la provincial después.

 

El hombre de las procesiones

   Tiene, la Semana Santa zamorana, un temple especial. Un temple que va arropado por el sonido del trombón, la severidad de la tierra castellana y el redoble de los tambores.

   Si en la Colegiata de Berlanga y en la catedral de Sigüenza, lo mismo que en Luzón, nuestro hombre tocó el órgano, aquí, en Zamora, le correspondía ser algo más. En Zamora comenzó a escribir composiciones musicales que acompañasen aquellos pasos tan graves y dolientes, como admirados. En las calles de Zamora mostró su arte, componiendo marchas de procesión, y pasodobles que se escuchan, al día de hoy, en las plazas de los pueblos en días de fiesta. Y en las de toros, cuando surge la ocasión, o cuando salen los toreros al ruedo y alguien hace sonar la música de “Capotillo de paseo”, o “Aquí está el Viti”. 


 LUZÓN, ENTRE EL DUCADO Y EL SEÑORÍO (Pulsando aquí)

    Se jubiló, como Director de la Banda Provincial de Zamora, en 1979. Asentándose en tierras de Madrid, en Moralzarzal, donde la muerte se lo llevó el 14 de septiembre de 1993; después de dejar musicalizados unos cuantos pasodobles de esos que se tararean una y mil veces. También compuso la música de un “Himno a la Alcarria”, y quién sabe cuántas tonadillas más.

ALCOLEA DEL PINAR, todo un descubrimiento (Pulsando aquí)
 

   Pero hay una marcha que, por estos días, aunque este año no haya procesiones, en cualquier parte de España, lleva el aire de Luzón, y se escuchará, con o sin ellas. Por los cuatro puntos sonará aquel “Santo Entierro”, que compusiera en Zamora don Felipe. Todo un himno que, en días como estos, cuando los crucificados salen a las calles sobre su monte de lirios, nos recuerda que Guadalajara dio al mundo gente humilde, y grande al mismo tiempo.

 
Tomás Gismera Velasco
Guadalajara en la memoria
Periódico Nueva Alcarria
Guadalajara, 31 de marzo de 2021 

 

Para conocer una tierra, sus pueblos, su historia, sus tradiciones, sus gentes... (Pulsando aquí)

 

 UN LIBRO SOBRE LUZÓN

 LUZÓN, entre el Ducado y el Señorío

 

   Se encuentra Luzón en la actual provincia de Guadalajara, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha; siendo su altitud de 1.176 metros sobre el nivel del mar, por lo que su clima es frío en invierno y suave en verano.

   Confina con los términos municipales de Anguita, Ciruelos del Pinar, Maranchón y Mazarete, pertenecientes a la provincia de Guadalajara, y con Arcos de Jalón, en la provincia de Soria, con la que la provincia de Guadalajara, por esta parte, limita.

 


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   Su superficie es de 56,98 km2, en los que pueden encontrarse tierras de labor, escabrosos parajes y extensos pinares que pertenecieron en su día a los extensos dominios del ducado de Medinaceli, por lo que gran parte de los municipios del entorno, así como estos pinares, fueron conocidos como “del Ducado”. Encuadrándose en la también denominada “Sierra del Ducado”.

   Sierra que, en líneas de F. Layna Serrano, ocupa la línea que va desde los Altos de Alcolea y Maranchón y desciende hacía el Tajo, comprendiendo el Valle del Alto Tajuña, así como los del Salado y Ablanquejo, hasta llegar por el oeste a la Vega de Masegoso y las serrezuelas del Modorrón. Layna Serrano, al hablar de esta tierra nos dice que es terreno frío y montaraz en el que alternan los páramos y las cumbres cubiertas de chaparros o pinos, con los valles profundos, abrigados y fértiles.

   Su término está bañado por el río Tajuña, uno de los cuatro principales de la provincia de Guadalajara junto al Henares, Jarama y, por supuesto, el Tajo.

   Tras la silueta silenciosa que hoy observamos se oculta una larga historia, una intensa página etnográfica, unos personajes, un paisanaje…, que tratamos de descubrir en estas páginas.

 

 


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SUMARIO:

-I-

La Geografía

Pág. 9

La Geografía y el entorno. Demografía. El Topónimo. Algunos topónimos del término. Callejero Tradicional

 

-II-

La Historia

Pág. 19

Tiempos antiguos. La Reconquista.

 

-III-

El Condado de Medinaceli

Pág. 23

Sobre García de Vera. Luzón en la Casa de Medinaceli

 

-IV-

La Edad Moderna

Pág. 33

El Siglo XVII. El Siglo XVIII. Luzón y sus cofradías en el Siglo XVIII. Cofradía del Santísimo. Cofradía de la Vera Cruz. Hermandad de San Roque.

 

-V-

El Siglo XIX

Pág. 47

España en Guerra. Luzón, después de la guerra. El Médico-Cirujano. Sacristán, Maestro y Secretario Municipal. Guarda municipal. Herrero. Los propios. Las guerras carlistas. La epidemia de cólera en Luzón. El fin de siglo

 

-VI-

Luzón, Crónica del Siglo XX

Pág. 73

 

-VII-

El patrimonio

Pág. 87

Iglesia de San Pedro Apóstol. Las tablas de Soreda, del retablo de Luzón. Ermita de Nuestra Señora de la Peña.

 

-VIII-

Personajes

Pág. 99

Francisco Layna Serrano. Francisco Layna Serrano, Hijo Predilecto de Luzón. Juan Bolaños Ayuso. Juan Bolaños Ayuso, y su fundación. Felipe Blanco Aguirre

 

-IX-

Notas de Costumbrismo y Folclore

Pág. 125

Carnaval de Diablos en Luzón. El Carnaval. Botargas y enmascarados en Guadalajara.

 

Apéndices

Luzón en los Diccionarios del Siglo XIX


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El LIbro:

 ASIN : B08TQ2QN8G

  • Editorial : Independently 
  • Idioma : Español
  • Tapa blanda : 151 páginas
  • ISBN-13 : 979-8599158776
  • Peso del producto : 249 g
  • Dimensiones : 13.97 x 0.86 x 21.59 cm