TORIJA. Una historia de Torija y su castillo, a través de sus textos
Al final de estrecho y largo valle, por cuyo fondo asciende suavemente la carretera de Madrid a Zaragoza, sombreada por filas de altos olmos, aparece tras un recodo, asentada en el borde de la meseta alcarreña, la antiquísima villa de Torija, defendida al Norte por el foso natural de un barranco, mientras a saliente y Mediodía se extiende la paramera, de amplias perspectivas, cerrada a septentrión por la cordillera guadarrameña y sierra del Alto Rey.
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A pesar de su pobreza, el caserío, construido con blanca piedra caliza, es de aspecto grato por su vetusted y sobriedad; en el recuesto que mira al valle umbroso, donde los ruiseñores cantan ocultos entre las ramas, dos o tres torreones incompletos se sostienen como por milagro pregonando la solera del viejo pueblecito; a la izquierda alza gallarda al cielo su blanca y clásica silueta la cuadrada torre de la iglesia parroquial, mientras a la derecha atraen al viajero las poéticas ruinas de un castillo de muros agujereados, de desmochados cubos, y cuya torre del homenaje, hundida de alto a bajo, sin que reste de su robusta fábrica más de una mitad, ostenta todavía la afiligranada cornisa donde otrora alzaran al cielo las almenas su puntilla de piedra.
Tuvo Torija en los siglos medios no escasa importancia estratégica, pues el estrecho y prolongado valle a cuya extremo está emplazada constituye el acceso natural a la meseta dela primera Alcarria, por donde discurría y sigue discurriendo el camino alto de Cómpluto a Cesaraugusta; de tal suerte que si el valle del Henares se había interceptado, solo podía pasarse a Aragón por Torija, a menos de dar un gran rodeo por el valle del Tajuña. Desde este punto de vista su situación es admirable, pues desde el borde de la meseta donde tiene su asiento, podía vigilarse y defenderse la angostura del valle profundo y de laderas abruptas prácticamente inaccesibles. Por tal motivo su posesión fue tenazmente ambicionada y defendida no solo en los siglos inquietos y guerreros anteriores a los Reyes Católicos, sino a principios del XIX, durante la invasión francesa, aunque ya entonces carecían de valor, gracias al desarrollo de las armas de fuego y a la táctica maniobrera de los ejércitos, las fortalezas casi inexpugnables en la Edad Media.
Francisco Layna Serrano/ Descripción e historia del Castillo de Torija
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Índice General
-I-
La tierra, la geografía y el entorno
Pág. 11
La Alcarria de Torija; El Partido de Brihuega; Demografía de Torija; Torija en los manuales: Los Diccionarios; El topónimo
-II-
Un repaso por la historia
Pág. 27
-III-
Torija Siglo XIV
Los Infantes de Aragón
Pág. 35
Los Vizcondes de Torija. Torija del Marqués de Santillana
-IV-
El Passo Honrosso de Torija
Pág. 53
-V-
Torija en el siglo XVII y el XVIII
Pág. 63
Torija y el Catastro de Ensenada
-VI-
Guerra por una Independencia
Pág. 81
El 2 de mayo; Las Guerras Carlistas
-VII-
Torija en el siglo XIX
Pág. 97
Torija en los tiempos del cólera; Las fiestas del Carmen; Y las del Amparo; Las ferias de Torija
-VIII-
En torno al castillo y su reconstrucción
Pág. 115
-IX-
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Pág. 139
-X-
El Impresor Antonio de Sancha
Pág. 151
Apéndices
Pág. 159
- ASIN : B09ZLGJL6X
- Editorial : Independently published
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 179 páginas
- ISBN-13 : 979-8820179181
- Peso del producto : 331 g
- Dimensiones : 15.24 x 1.14 x 22.86 cm
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