Guadalajara es una tierra de historias, de leyendas, de castillos, de mundos, todavía, por descubrir.
Es una tierra en la que hubo una lengua, una jerga, una jerigonza, que se llamó Migaña, o Mingaña, y que corrió mundo por medio mundo, y que al día de hoy todavía se conserva en algunos lugares, a punto de perderse, por ello lo de meterla dentro de un libro. Para que las generaciones venideras las conozcan.
Es tierra de botargas, de zamarrones, de cagarrones, de zorras, de personajes carnavalescos, o no, que tratan de mantener costumbres ancestrales, y hacer gracias, y oficiar divinos oficios.
Y es tierra en la quue también se lloró a los muertos, cuando la muerte recorrió, puerta apuerta, pueblo a pueblo, los de España y sus provincias.
Y tierra de cambios, como todas, en las que la evolución de un siglo se dejó sentir día a día, mes a mes, año aaño, a lo largo de los cien que tuvo el siglo XX. Como todos.
Libros que recuerdan, que enseñan, que conservan, partes de Guadalajara.
