LAS SALINAS DE GUADALAJARA
La Industria de la Sal en
la provincia de Guadalajara fue quizá la más importante desde los
tiempos de la Reconquista, hasta los años finales del siglo XIX.
Decenas
de explotaciones salineras fueron las que en las comarcas de Atienza,
Molina de Aragón, Sigüenza y Cifuentes, dieron trabajo, y fruto, a
hombres de la tierra y a la Corona de Castilla.
La Sal
de Tierra de Atienza, así denominado el partido salinero en el que
además de las de estos distritos se incorporó el de Medinaceli fue,
quizá, la de mayor calidad del reino.
Con la sal de
estas tierras se levantaron catedrales, monasteios, iglesias. Se dotaron
palacios y casas fuertes. Se hicieron caminos y, hasta sirvieron para
el pago de los salarios a quienes hicieron la guerra.
Su historia es larga, tanto que hasta ahora no se había contado.
Aquí está, en tres libros que descubren, con minuciosidad, cada una de las explotaciones.