DEL CORREGIMIENTO
DE CAPA Y ESPADA DE ATIENZA Y MOLINA DE ARAGÓN
Ambas poblaciones
compartieron Corregidor desde el siglo XVI
El mes de enero es tiempo de nuevos
propósitos, por parte de quienes quieren comenzar con buen pie el nuevo año; y
fue, y es también, tiempo en el que suelen, y solían, dar comienzo algunas
novedades para los pueblos. Entre ellas, y con harta frecuencia, el relevo de
los Corregidores reales.
Atienza, desde que los Reyes Católicos los
generalizasen, fue un Corregimiento de Capa y Espada, uno de los treinta y
tantos que hubo en los reinos de España, unido a Molina de Aragón. El de
Atienza, con el de Molina, de 3ª clase, donde en la mayoría de los casos eran
enviados corregidores bisoños para que aprendiesen el empleo y tras los correspondientes
dos o tres años de mandato pasasen a ocupar uno nuevo, de mayor prosapia, o un
cargo en la Corte de más elevada altura. El Corregidor era uno de aquellos
tantos funcionarios reales que administraban ciertos intereses en nombre de Su
Majestad y, por supuesto, como se nos relata en la famosa obra teatral, podía
administrar cierto tipo de justicia, y hacer y deshacer, también en nombre del
Rey, puesto que en sus tierras y señoríos se encontraban.
Atienza comenzó a tener Corregidor nombrado
por los reyes a finales del siglo XV, uniéndose al corregimiento de Molina de
Aragón a partir de 1509, que tampoco en esto se pone la historia de acuerdo, si
bien es cierto que para ese año el mismo Corregidor que ostentaba el cargo en
Atienza, lo ostentaba en Molina, con visitas y residencias alternativas entre
ambas localidades.
La lista de corregidores que pasaron por
Atienza, y en consecuencia por Molina de Aragón, hasta la desaparición del
cargo avanzado el siglo XIX, teniendo en cuenta la limitación en el tiempo del
oficio es larga, trataré de dar algunos nombres:
(Accedes a los libros pulsando sobre su título)
En 1489 era Corregidor de Atienza Don García
de Cotes, vecino de la villa de Olmedo, en Valladolid, quien ya venía con parte
del cargo aprendido, pues en 1483 era alcaide de Medina del Campo. García de
Cotes fue privado de la reina Isabel, y tras su paso por Atienza regresó a la
tierra vallisoletana para ser Corregidor de Olmedo, donde a su fallecimiento
recibió sepultura, junto a su esposa, Catalina Rodríguez Becerra. Con
anterioridad a su muerte, y tras ser Corregidor de Atienza y Olmedo, lo fue de
la ciudad de Burgos.
Si las cuentas históricas no nos fallan, fue quien más tiempo duró en el
cargo, ya que le fue renovado en varias ocasiones.
En 1509, al unirse los dos corregimientos, Molina y Atienza, ocupó el
cargo Alvaro del Espinar, conocido como “el
Licenciado Espinar”, quien lo desempeñaría entre ese 1509 y 1512.
El año 1516 trajo como Corregidor a Don Antonio Criado, con un suelo
anual de 45.000 maravedíes, más dos mil de ayuda y ciento ochenta fanegas de
pan (trigo); en 1525 teníamos a Don Antonio de Cabrera; en 1533 a Don Diego de
Molina, quien fue igualmente justicia mayor de Cifuentes; en 1545 a Don Rodrigo
Manrique; en 1558 a Don Juan de Argüello Carvajal; en 1566 a Don Pedro de
Prado; en 1571 a don Francisco de Avendaño; en 1595 a don Alonso de Luzón; en
1631 a don Juan González de Salazar, que ya lo había sido del Valle de Orozko,
en Vizcaya.
El siglo XVIII traerá hasta Atienza y en su consecuencia a Molina de
Aragón, a toda una serie de futuros grandes personajes en la política de los
reinos, pues los anteriores, en la mayoría de los casos, no eran sino hijos de
hidalgos que comenzaban a medrar en aquello del poder. Nombres en la mayoría de
los casos unidos a la herencia del apellido:
Antonio Pérez de Goiburu desempeñó en Atienza, a partir de 1700,
diferentes cargos, desde el de Alcalde Mayor, al de Corregidor. Fue abogado de
los Reales Consejos, Corregidor también de Guadalajara, y probablemente
desempeñó cargos de importancia en su natal Cogolludo, puesto que allí había
nacido en 1666. Tras su paso por Atienza fue nombrado Corregidor de Borja,
cuando ya contaba la nada despreciable edad de 76 años.
Otro de los personajes que pasaron por el corregimiento de Atienza y
Molina y cuya carrera se extendió en el tiempo fue Don Sebastián de Eusa y
Torreblanca, natural de Tafalla y quien terminaría sus días en el Consejo de
Navarra. Para llegar hasta él tenía la experiencia de haber pasado por Atienza-Molina,
y posteriormente Becerril, Soria y Madrid, en donde fue teniente de Corregidor.
En 1737 el Corregidor era Don Vasco de Parada, a quien reemplazó en el
cargo Don Juan Manuel de Ortega.
Para 1750 teníamos a otro gran personaje: Don Manuel de Prado
Castellanos, quien pasó por larga nómina de localidades. Encontramos su nombre
al frente de las alcaldías mayores de Guadix-Baza, Jerez de la Frontera,
Segovia y de los corregimientos de Vivero, considerado uno de los más pobres de
la carrera; Requena, Molina-Atienza y Tordesillas, último que desempeñó entre
1753 y 1756, antes de ser nombrado para el de Borja.
TRES LIBROS PARA CONOCER ATIENZA A FONDO.
En el mes de agosto de 1798 se designó Corregidor al abogado de los
Reales Consejos y de la Audiencia de Oviedo, Francisco de la Sala Valdés, cargo
que ocuparía hasta el verano del año 1800.
En 1807 fue nombrado Corregidor el madrileño Juan José Rodríguez
González de Valdeosera, quien permaneció en el cargo hasta el final de la
Guerra de la Independencia, pues a pesar de haber pedido su relevo fue
confirmado en el cargo por el rey José Bonaparte en el mes de julo de 1809.
Juan Agustín de Suinaga era Corregidor de
Atienza y Molina en 1792 y Don José Romero y Ramírez en 1815, cuando ya al
cargo le quedaba poco tiempo en el organigrama político.
Tantos fueron los cambios que no es de
extrañar que no llegasen siquiera a conocer a sus administrados. Se cuenta de
uno de ellos que, a su paso por las calles de Atienza camino de la iglesia, los
vecinos le decían aquello de:
-Dios guarde por muchos años al señor
Corregidor.
Hasta que éste, poco acostumbrado a aquello
de los buenos deseos preguntó el motivo.
-Es que cuando quitan a uno malo viene otro
peor, y a vos señor, ya os conocemos… -dicen que fue la respuesta.
Todo indica que el domicilio del Corregidor
en Atienza se encontraba frente a la casa del Concejo, en la plaza Mayor de la
localidad. En Atienza, la casa que hoy conocemos como “del balcón de esquina”,
entre las entonces calles Mayor (antigua Zapatería), y del Águila (actual de
Layna Serrano y anteriormente Real). Hasta mediados del siglo XIX la hoy plaza
de San Juan, o de D. Bruno Pascual Ruilópez fue la Plaza Mayor, o de la Villa.
Una página poco estudiada de la historia de ambas
poblaciones, Atienza y Molina de Aragón que, sin lugar a dudas, da para mucho.
Tomás Gismera Velasco
Nueva Alcarria, 5 de enero 2018